La madurez natural de la caña de azúcar se presenta cuando la planta fisiológicamente detiene su crecimiento e inicia un proceso de acumulación de energía en los entrenudos de los tallos.

Este proceso inicia aproximadamente tres meses antes de la corta (teórica) esperada por edad fenológica de la planta, y está influenciada de forma importante por los elementos edáficos y climáticos, entre los que inciden de manera determinante, entre otros, la lluvia, la humedad, las temperaturas (máxima-mínima) y la luz (Calderón & Chaves 2020).